Tuve poca advertencia sobre las condiciones de producción bajo el contexto de la maternidad. Aun no me recupero. Trato de identificar si fue silencio, complicidad o desconocimiento. Incluso si mis amigas madres practican el olvido como estrategia de sobrevivencia o si han normalizado la circunstancia. Intento colaborar, ser buena. Amo a mi hijo. Cada momento. Sin embargo.
A ciertas horas me susurran cosas algunas mujeres: del pasado, pasado, Alejandra Kollontai y Simone De Beauvoir; y del presente, estas otras casi que me gritan ¡Miriam, Miriam! Anzaldúa, Cusicanqui, Silvia Federicci, Francesca Gargallo, Virginia Despentes y mi querida Marcela, Marcela Lagarde. Todas ellas me acompañan, me serenan y me despiertan también. Me hacen sentir sedienta de estudio, deseosa de expandirme otra vez, fuerte y reflexiva.