26 julio 2011

Jan de Vos: la canoa que llegó al mar

(1936-2011). El investigador definió su actividad como la de un sabicultor, y la comparó con el trabajo realizado por los campesinos: solitario, sostenido, paciente y amoroso. El conocimiento del pasado –sostuvo a propósito de los pueblos indios– es necesario para construir una identidad. Y, a su vez, la identidad es un elemento central para tener dignidad.

Luis Hernández Navarro, La Jornada. 26 de julio de 2011.

Animal(es)hombre(s): Plan Libertador

25 julio 2011

En el sueño estuvimos en una casona antigua, caminamos sobre un pasillo con luz muy bajita. A la diestra había unos arcos; al fondo, en el suelo un jardín muy verde y tupido. Ibas delante de mí. Sorprendidos, curiosos. La mirada se desplazó en caída libre y como si los ojos cayeran vi las paredes escurrirse, llegué hasta las fresas y quedé suspendida sobre ellas, de nuevo al tercer piso en slow-motion. Enfrente una puerta gigante color café muy oscuro estaba cerrada, crujía como si fuera a abrirse para nosotros. Esperábamos. La casona no tenía techo y si lo tenía era infinito.

22 julio 2011

Escribiré sobre gatos.

Tengo dos gatos desde el domingo. Uno se llama El Fleshito y a la otra le puse Antena, tienen como dos meses y se dedican a destruir mi casa. Por fortuna no sueltan pelo, en cambio riegan la arena con gran entusiasmo, son un par de luchadores infatigables. Hasta hoy no los he visto dormir, quizá porque sólo vengo a dormir a mi casa (ocasionalmente). El lunes comprendí lo vital que es mi presencia para ellos, así que procuro dejarles comida suficiente y agua, acariciarlos y platicarles alguna cosa. Anoche descubrí al gordito colgado a mitad de la cortina y estoy segura que la Antena le reía la gracia.

Pienso que no es bueno pasar tanto tiempo sola. Algunos días extraño demasiado mi soledad, quisiera tener tiempo para disfrutar mi silencio. Hay mucho ruido en la calle y tan deshabitada que parece. No puedo seguir el ritmo, ni lo entiendo, ni me gusta y al aproximarme veo el reloj. Siempre es hora de ir a otro lugar.

Me sorprende la dedicación de la gente para hablar de la gente (me sorprende cuánto tiempo he perdido hablando de la gente, preocupándome por la gente: ¿cuál gente, cuál nadie nadie nadie!). Voy entendiendo que el día sólo tiene 24 horas y que ocho de ellas debo dormir para conservar en buen estado mi piel, mi cabello, mi salud. Una hora del día la uso en trasladarme a Tijuana y regresar a donde paso la noche. Una hora y media la utilizo en el gimnasio. Una hora y media la ocupo para comer pagar cuentas ver zapatos en la Plaza Río y robarme las letras de los libros recién llegados a Educal. Dos horas al día platico con algún ser humano o con varios, una parte por correo y otra por teléfono. El resto del tiempo hago cosas que a nadie importan y que son vitales para mí, como pensar, observar, leer y escribir. Es increible que la constante detrás de todo esto sea la respiración.

Paso las tardesnoches cerca del mar, casi siempre las de entre semana después del gimnasio. Soy adicta al café y a la contemplación nocturna. El fin de semana me voy lo más lejos que puedo de la ciudad. Hay tantas cosas que no había visto y la gente se enoja o se mata por tan poco (mato y me enojo por tan poco).

Hoy vi una nube en forma de pez y me comí un tacovario de tortita de carne. Después vi un pez que se comió un sueño y era medio poema, la otra mitad se componía por una moto de cuerda, un edificio blanco, un vagabundo cojo y unas letras que no decían absolutamente nada.

Durante el verano aprendí a nadar. A los siete me lancé por primera vez de un trampolín de ocho metros y caí hasta el fondo de la alberca. Abajo, adentro, hasta la profundidad del agua. Estaba oscuro, eran tan grandes la euforia y el miedo. Esa imagen ha sido siempre muy hermosa.

No sabía cuánto podían gustarme los gatos. El cuento del Imanol Canayeda me dió miedo, es una gran historia sobre una mujer con un montón gatos y una mesedora. Pensé que era una historia del futuro, de uno que parecía mío. Es el mejor cuento que publicó la altanoche.

Hoy es viernes y sólo quiero estar aquí con mis felinos, dormir y que amanezca para irme al trabajo de campo.

Los domingos viajo a las estrellas.

15 julio 2011

Hace una semanas murió una mujer de 21 años. Su ex-esposo la mató por celos en el automovil. Le abrió el vientre con un cuchillo y la dejó ahí. Sus padres no se enteraron antes de los golpes en su cuerpo hasta que aparecieron en el informe forense. Tenía un hijo que ahora cuidan los abuelos.

Una de las mujeres que participó en el proyecto de las morras ahorcó a otra mientras estaban en Detox.

No sé que escribir.

El silencio que es también complicidad.

Hoy vi a una chica pasear a su perro. Lo llevaba sujeto por una cuerda color rosa con dibujitos y se miraba tan tranquila. A unas cuadras está El Mesón, que es el centro de rehabilitación donde desarrollamos los talleres del proyecto. Tanta pinche locura y tanta méndiga tristeza.

Nada de esto es cierto, todo es simulación, para qué tanta interpretación, citas, notas de pie de página. No sabemos nada, no tenemos idea de lo que sucede abajo, no queremos enterarnos del tamaño de la ignorancia y el dolor que se vive abajo. La muerte llama y la vida camaleón, engañabobos. Me gustaría que sirviera de consuelo el saber que esta cochinada es una etapa final del capitalismo o una crisis última del neoliberalismo; escribir algo así muy documentado y chingón para que mi ego intelectual se sienta menos... ¿inútil?

Me reduzco a puros actos de fe, esa grandeza tan pasada de moda.

Escribo mi respeto por el luto de todas estas familias.

14 julio 2011

Un rugido salió de sus entrañas, era el sonido tan monstruoso. La reina desojada se erigía en la boca de la Tierra. Manos abiertas, brazos extendidos movía el viento en espirales. Lanzaba ráfagas de piedra . Su cabello roto, trenzado, nudo. Sus invencibles piernas, sangre seca. Su piel ajada. Recién había dado a luz otra serpiente. Aves carroñeras de todo el continente con agudísimos cantos celebraban la noticia. Unas volaron en desorden aparente, otras chocaban entre sí y hasta caían muertas sobre el suelo. El Mar testigo preparaba una ola.

12 julio 2011

Adolfo Sánchez Vázquez y el marxismo crítico

Adolfo Sánchez Vazquez
(España, 17 de septiembre de 1915 - México, 8 de julio de 2011)

“Una truncada práctica literaria y, más precisamente, poética, me llevó a problematizar cuestiones estéticas, y una práctica política me condujo a la necesidad de esclarecerme cuestiones fundamentales de ella y, de esta manera, casi sin proponérmelo, me encontré en el terreno de la filosofía”. 

La categoría central de su pensamiento es el concepto de praxis. Sánchez Vázquez concibe a la filosofía de la praxis como nueva práctica de la filosofía porque de lo que se trata es de transformar el mundo. La filosofía de la práxis –asegura– es una herramienta central en el construcción de un proyecto emancipatorio que consiste en “transformar el mundo natural y social para hacer de él un mundo humano”.

Nota de Luis Hernández Navarro en La Jornada.
solicito patrocinador sin fines de usura dispuesto a sustentar mis estudios y el desarrollo cabal de mis ideas y talentos; que además, aprecie mi voluntad por conducir mi tiempo de ocio al regocijo, la lectura de propuestas realmente interesantes elegidas por mi libre albedrío y el éxtasis que la contemplación del mundo me produce; que comprenda lo indispensable que es el que yo viaje, que pruebe todas las comidas y que tenga experiencias dionisiacas como parte de mi proceso creativo. prometo mejorar mi ortografía, mi redacción, mis argumentos y nutrir mis fuentes; compartir todos los aprendizajes y trabajar por la comunidad con ahínco (esto incluye a aquellos seres vivos que en este momento tan lamentable dirigen las instituciones y aquellos otros que gozan de su ignorancia); también, me comprometo a implementar estrategias didácticas para que los alumnos vayan a la escuela dando brincos de alegría y a promover a través de experiencias lúdicas los sueños y las utopías más utópicas.

así como están las cosas, me pierden irremediablemente.

07 julio 2011

El platillo de salmón con arroz blanco es uno de mis favoritos. Lo descubrí hace unos cuatro años mientras experimentaba sabores nuevos, me parece de lo más exquisito que ha pasado por mi boca. Cocinarlo era un lujo, una fiesta sólo para mí que me permitió comprender por qué ciertos alimentos son considerados un manjar de los dioses.

El placer que produce la comida se origina en el ritual de su preparación. La estimulación de los sentidos inicia con el aroma, por eso las hierbas de olor son fundamentales y hay que saber usarlas en la cantidad precisa. El cilantro y el perejil tienen un particular efecto en mi organismo, me refrescan y me ponen contenta; mientras que, el romero me tranquiliza, me induce a un estado de armonía y abre mi mente.

La comida y la música ocupan un lugar central en las fiestas por su relación con la memoria. Los aromas y los sonidos registran informaciones en el cuerpo; sirven para recordar la experiencia de lo vivido. Y, ahí está otra clave para entender la relación entre los sentidos y la memoria. Por ejemplo, el incienso cuando arde despide un olor que siempre me remite a un templo con cielo muy alto y a un ambiente de solemnidad, a un silencio divino. También imagino cantos que no dicen nada, al menos no algo que comprenda. Su esencia devela un recuerdo que asocio con lo sagrado y las prácticas más antiguas de las que fui testigo durante mi infancia.

En cambio, el sabor de ajo con mantequilla en cualquier guiso es una clara evocación de Navidad y Pascua en mi familia, que son dos celebraciones anuales donde todos los integrantes se reúnen a comer y a actualizar su pertenencia al grupo. Como este sabor hay otros vinculados con las prácticas culinarias y las tradiciones familiares, entre ellos el de los tamales, los buñuelos y ni decir del mole michoacano.

Disfrutar de los alimentos con tiempo y desde el momento de su preparación es una forma de despertar los sentidos, de ahí su carácter ritual en nuestras culturas. Por ese motivo, las reuniones para compartir el desayuno, la comida o la cena son momentos especiales que demandan cierta organización y un lugar en nuestras agendas. En torno a la comida y la música suceden el diálogo y la danza, dos actos performáticos que dieron origen a las civilizaciones. Los sabores forman vínculos entre dos o más personas, son unos hilos invisibles que vibran en la memoria como la melodía de una canción.