Escribo por puro gozo, por amor propio diría yo y porque me gusta lo que descubro a través de las letras. También porque hay mucho ruido y mi voz se diluye entre la gente.
Usualmente desaparezco: me transformo en un par de ojos prendidos del aire que recorren las calles. Pasan los días y continúo siendo invisible. Mi gusto por observar es enfermizo y morboso. Hasta podría decir que me produce placer -como arrancarse las costras.
Las hordas y la fauna en las ciudades se devoran a sí mismas y tan tranquilos. Van desapareciendo mundos con las horas y ni una nota en la televisión. He experimentado el cambio de ciudad entre otras cosas y nada. No desaparece mi mal, ni existen otras circunstancias.
Escribo de noche porque sólo a estas horas alcanzo a distinguir mis susurros tratando de fugarse a través de mis dedos. ¡Ja! También soy perversa: los prendo de estas páginas.
1 comentario:
Hola, hoy te empecé a leer. Hasta ahorita me ha gustado lo que he leído.
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