27 enero 2014

Buenas noches:

Me siento muy feliz y no sé por qué. Quiero escribirlo para recordar este día, porque a ratos el miedo que me da ver cómo suceden tantas cosas terribles me paraliza. Por eso nos hemos estado enfermando: nos duelen la mente-corazón, el espíritu y el cuerpo al reconocer tanto sufrimiento. A veces no puedo respirar bien, usualmente por las noches. Sin embargo, hay que aprender a vivir, a llevar el recuerdo de los muertos y continuar caminando. Tanto muerto, tanta mujer... A veces salgo con esta intención de todo va bastante bien, concentrarme, cuidar el tiempo, dejar fumar... En esos momentos me voy al mar para estar a solas, experimento la contemplación y me da paz. Cultivo experiencias amorosas cotidianamente. Funciona despacio y alcanzo un estado de armonía.

La historia de la alegría es una serie de textos sobre el proceso de construcción de la esperanza, la libertad y la paz. Lo fundamento en la propuesta de Michel De Certeau sobre las redes humanas y la historia de los márgenes. También en Foucault y sus estudios sobre el poder y los anormales. Esto que vivimos ha pasado muchas veces, muchas. No lo recordamos completamente. Olvidar (algunas cosas, como el dolor) ha sido también una estrategia de sobrevivencia. En otros conocimientos que apenas exploro, como esas viejas leyendas sobre el ser que cuentan los lamas y los marakames.

Entonces, ¿qué es preciso recordar?

[un día no pude recordar tu cara, me puso muy triste darme cuenta de que podía olvidarte. entonces, busqué una fotografía con tu retrato, en ella te veías feliz y joven. sabía que ese rostro era el tuyo, pero había pasado tanto tiempo ya...  me encantaría besar las arrugas alrededor de tus ojos y acariciar tu cabeza llena de canas. escucharte.]

Pues así, hay días felices y noches heladas.

M.

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