habito espacios tejidos por semánticas anudadas puertas
canales venados atraviesan el tiempo se rompen
al dar el paso al
pronunciarme
agrego un acento mudo a este cosmos rozado por mis dedos
agrego un acento mudo a este cosmos rozado por mis dedos
la armonía de las
cosas vibra en los Objetos que se encuentran
que sonoros fragmentan
el silencio de lo que en reposo existe desvinculado ya de mi cuerpo
¿debo
escribir sobre la muerte?
mi vientre acuático y
fértil una colmena abundante basta
para suspender las
guerras oscilantes entre un sueño y otro
entre pesadilla y
escasez de voluntad
tengo
los ojos secos
una
serpiente roja en el cuello
esta
noche se enciende un camino de veladoras
sobre
la ruta cubierta de selva
los
grillos entonan una antigua plegaria
tengo
la libertad amurallada y el pensamiento y el cuerpo
ese constructo
el
nombre del color de mi piel reclama su origen abandonado al olvido por una
memoria blanca que
atiende sólo a clasificarme dentro o fuera de lo legal positivo asalariado y
digno de belleza reservándose
el gozo de mi trabajo
heredo sueños y
lenguaje
en la forma de las piedras
en los árboles que albergan nidos
en la relación de las estrellas con las ciudades
abandonadas están las voces de mis raíces mutiladas las razones de este constante vacío de esta
ausencia en una civilización donde he sido esclavizada
este reducto precioso
de contemplación en resistencia que constante en mí multidimensional orgánica y
finita sucediendo sombras detona y nutre mi derecho
a la palabra
a la escritura
a la imagen
al no
al sí
al andar con estos muslos que sólo pueden ser
carnosos y embestir con estos brazos que abultados delatan la herencia
de mis antepasados que trabajaron la tierra subieron montañas levantaron universos agigantados
y continúan dando a luz
Publicado en la revista electrónica Espiral, núm. 52, enero de 2015.
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