Hoy hice maletas de nuevo. Necesito menos cosas cada vez que me mudo y pierdo involutariamente otras, como ese libro de De Certeu (que por cierto no era mío y pagaré mañana). También he aprendido a deshacerme de los objetos, los heredo o los regalo segura de que le serán más útiles a sus nuevos propietarios: esta vez fueron el comedor, el sofá, la vajilla y un abrelatas.
Esta noche en La Liber los perros no han dejado de ladrar. Aquí junto está la vía de un tren que transporta algo que ignoro. Lo escucho de nuevo y recuerdo que allá abajo están el Info y el departamento donde viví con mi madre y mis hermanas durante 25 años. (Ella insiste en que no regresemos ninguna de nosotras a ese lugar -apesar de sus enormes ventanas y su buen tamaño). El depa está solo.
Pasaré el verano en esta casa. En agosto debo volver al desierto.
2 comentarios:
luego no pongo comments, porque ando a las prisas, pero neta que disfruto mucho leer tus post
(los perros que ladran los mandamos nosotros, para que te acordaras de los de agua, jajaja)
Si ... yo considero inutiles los libros guardados... sin que nadie les de vueltas a las paginas...
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