28 agosto 2014
Cuando me quieren explicar o hacer entender, con citas o sin citas incluidas, mi vida o las vidas a partir del padre, pienso en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, en una colección muy selecta de interpretaciones que giran en torno al falo, y en el proceso de formación del individualismo y de esa cultura que llamamos Occidental. Luego, en todas esas otras voces acalladas por los siglos de los siglos. Amén.
24 agosto 2014
He estado huyendo toda la vida, de mí misma. Estoy cansada de sobrevivir, ¡quiero ser libre! Dijo Ella, a sus 50 años. Yo, que estaba sentada delante suyo, empecé a llorar, a llorar un sentimiento agrio. Mi cara se puso muy roja y mi cuerpo caliente. Mi estómago era una cueva sin final del que escapaba el alarido grave de un animal atado que percibe la presencia de alguien que se asoma.
19 agosto 2014
17 agosto 2014
13 agosto 2014
Hubo pobreza, hambre y guerra, muchas injusticias, y las calles se llenaron de voces. También de nuevos símbolos, luego de tantos sueños y deseos que colectivamente formaron. Soñaron paz y hubo paz, porque estaban aprendiendo a jugar como niños alegres y libres. Entonces, unos magos oscuros dijeron: que sueñen a perpetuidad y convulsivamente, que no se entiendan de tanto hablar y que prefieran estar sordos. Así, hasta que les de miedo soñar en voz alta.
12 agosto 2014
09 agosto 2014
Espiral 49
De la edición junio-julio 2014.
Mi colaboración fue Siete << píquele aquí para ir a la revista.
Gracias a Karla Villapudua por la invitación y por continuar alimentando con este espacio para las ideas y las letras.
Changos y bicicletas (trayectorias del sí y del no)
Me gusta decir que sí a todas las oportunidades de aprendizaje, pero a veces me vuelvo loca por andar en todo sin descanso y duermo muy poco preparando las actividades del día siguiente, entonces me pongo muy de malas porque me quedo sin dinero y sin energía para hacer lo que realmente es necesario. Todo es relevante, más si implica la colaboración con personas que respeto y aprecio. Mi respuesta es sí, sí, sí, en automático, y no me había dado cuenta. El no suena a puertas cerradas, a quedar fuera, a dejar de estar presente, a insuficiencia; es algo aprendido que asocio con la educación tradicional de las mujeres y también con las prácticas reminiscentes del colonialismo, que involuntariamente reproduzco y reproducimos. El sí sereno, crítico y reflexivo implica al no, y una consciencia despierta que puede discernir.
Me pregunto qué es lo necesario y empiezo a observar que incluye resolver lo cotidiano (casa, familia, salud, pagos y trámites en las instituciones, así como cosas del auto para garantizar la movilidad); la agenda relacionda con el trabajo asalariado y los procesos académicos que me permiten tener acceso a un empleo; el descanso, la diversión, la fiesta, el sexo, la amistad y el amor. En todos los casos tiene que ver con la sobrevivencia y el bienestar. Ingeniármelas para resolverlo desde esta soltería voluntaria ha sido una ruta compleja, desgastante en ocasiones y de una enorme satisfacción en otras. El contexto del sitio que ocupo no está hecho para mujeres solas, situación que se modifica muy lentamente, y comprenderlo en todas sus dimensiones como parte de esas cosas invisibles que una enfrenta implica alimentar convicción y voluntad de querer vivir de este modo al que va llegando una por instinto; este modo, tiene su origen en el deseo de Ser libre.
Estas semanas de estar en casa me han dado bastante silencio y un panorama de mis trayectorias. Observé que he descrito trayectoriaS y que he explotado en varias direcciones. Estos últimos años he estado haciendo demasiadas cosas, medio conectadas, y de manera inconsciente. Y esa es una de las cuestiones que me enloquecen, que algunas no he logrado concluirlas y había creído que poco a poco se irían resolviendo, pero no ha sido así. Siempre he tenido más trabajo y una larga lista de pendientes que creo que me persiguen. Con mucha razón, en cuanto entro en reposo me siento tan cansada mentalmente, no resulta fácil concentrarme; mi cuerpo solicita atención médica, amorosa y, en esta ocasión, ejercitante. Sentí que llevaba demasiadas cosas revueltas y estaba por reventarme si no lograba desatarlas.
Y, es que por lo lo general en mi pensamiento hay una jungla poblada por una manada changos salvajes que gritan todo el día, que explican cosas y riñen entre sí. Saltan de una rama a otra y hasta de dos en dos, discutiendo y pelándose los dientes uno a otro con harta furia, emitiendo alaridos a lo pendejo cada vez más fuerte. Las bombas también explotan en mi cabeza, los sobrevivientes de tantos muertos, los esclavos bajo el calor de las minas clandestinas, los barcos que llevan niños, las reformas... y así, una tortura de culpas y pesares. En esa selva de información y pensamientos me pierdo con frecuencia, ahí desaparezco. Decidí atenderlo abriendo mis oídos a otros mensajes y a prepararme para la paz.
Correr y andar en bici me traen al presente, danzar libera cargas y acomoda historias, meditar alimenta el vacío y silencio interior, estar en casa y dormir me tranquilizan. Es un coctelito necesario para una mujer loca como yo, y bienvenidos coctelito y locura en tanto me permiten decir no o decir sí. Sólo así todos los changos empiezan a tranquilizarse, bajan a tierra y se acomodan como una enorme familia de mamíferos en reposo; la carga de sonidos que resuenan en mi cabeza se disuelve y entonces me escucho, lo mejor es que alcanzo a escuchar a las personas que son importantes en mi vida y es un acto bien feliz poder escucharlas, estar con ellas; y comprendo la importancia de hacer cosas sencillas que me alienten, me hacen sentir amada y preparada para lo que sigue.
De esta manera empiezo a poner orden, a jerarquizar y a descartar actividades; al principio con pena, después con bastante claridad. Tener objetivos claros me relaja y en forma simultánea direcciono mi energía hacia un propósito con toda la intención posible. Disponer de tiempo para analizar este caos y escribir en sí misma constituye una ventaja de mi condición de mujer autónoma, que me permite responder desde lo que es posible, además de necesario, aún cuando implique esfuerzo.
Me pregunto qué es lo necesario y empiezo a observar que incluye resolver lo cotidiano (casa, familia, salud, pagos y trámites en las instituciones, así como cosas del auto para garantizar la movilidad); la agenda relacionda con el trabajo asalariado y los procesos académicos que me permiten tener acceso a un empleo; el descanso, la diversión, la fiesta, el sexo, la amistad y el amor. En todos los casos tiene que ver con la sobrevivencia y el bienestar. Ingeniármelas para resolverlo desde esta soltería voluntaria ha sido una ruta compleja, desgastante en ocasiones y de una enorme satisfacción en otras. El contexto del sitio que ocupo no está hecho para mujeres solas, situación que se modifica muy lentamente, y comprenderlo en todas sus dimensiones como parte de esas cosas invisibles que una enfrenta implica alimentar convicción y voluntad de querer vivir de este modo al que va llegando una por instinto; este modo, tiene su origen en el deseo de Ser libre.
Estas semanas de estar en casa me han dado bastante silencio y un panorama de mis trayectorias. Observé que he descrito trayectoriaS y que he explotado en varias direcciones. Estos últimos años he estado haciendo demasiadas cosas, medio conectadas, y de manera inconsciente. Y esa es una de las cuestiones que me enloquecen, que algunas no he logrado concluirlas y había creído que poco a poco se irían resolviendo, pero no ha sido así. Siempre he tenido más trabajo y una larga lista de pendientes que creo que me persiguen. Con mucha razón, en cuanto entro en reposo me siento tan cansada mentalmente, no resulta fácil concentrarme; mi cuerpo solicita atención médica, amorosa y, en esta ocasión, ejercitante. Sentí que llevaba demasiadas cosas revueltas y estaba por reventarme si no lograba desatarlas.
Y, es que por lo lo general en mi pensamiento hay una jungla poblada por una manada changos salvajes que gritan todo el día, que explican cosas y riñen entre sí. Saltan de una rama a otra y hasta de dos en dos, discutiendo y pelándose los dientes uno a otro con harta furia, emitiendo alaridos a lo pendejo cada vez más fuerte. Las bombas también explotan en mi cabeza, los sobrevivientes de tantos muertos, los esclavos bajo el calor de las minas clandestinas, los barcos que llevan niños, las reformas... y así, una tortura de culpas y pesares. En esa selva de información y pensamientos me pierdo con frecuencia, ahí desaparezco. Decidí atenderlo abriendo mis oídos a otros mensajes y a prepararme para la paz.
De esta manera empiezo a poner orden, a jerarquizar y a descartar actividades; al principio con pena, después con bastante claridad. Tener objetivos claros me relaja y en forma simultánea direcciono mi energía hacia un propósito con toda la intención posible. Disponer de tiempo para analizar este caos y escribir en sí misma constituye una ventaja de mi condición de mujer autónoma, que me permite responder desde lo que es posible, además de necesario, aún cuando implique esfuerzo.
06 agosto 2014
Dos cuerpos
Octavio Paz
A Laura Elena
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
05 agosto 2014
Apertura, persona M
Tengo la intención de pacificarme. Está cabrón. Percivo situaciones que me preocupan, me duelen y casi siempre enfurezco cuando no puedo solucionarlas. La frustración se desarrolla en mí cuando mis intentos por resolver son insuficientes. Poco a poco empiezo a convencerme de que hay un chingo de cosas que para solucionarse implican la voluntad de otros, que responde a sus propios procesos y decisiones, que no tengo control. A veces me rindo, me tomo un tiempo, una distancia, lo suelto y dirijo mi energía hacia otro asunto con posibilidades de fertilidad; busco situaciones que sí puedo controlar para sentirme bien, pero la cosa es que el trabajo de la pacificación implica aceptar que está bien no tener control de todo. Ahí me atoro y pues... tengo un saco de pérdidas y aprendizajes que empiezo a integrar.
A veces cuando pasa mucho tiempo las pérdidas esas se convierten en experiencias vitales, y hasta en recuerdos apreciados. Mira, en esta situación aprendí esto, estotro, crecí mucho después de. ¡Uy, me tardo un chingo en darme cuenta! Las que más duelen son aquellas en las que había más amor y me crece un corajote. Muchas decisiones las he tomado con coraje, y ya. El coraje también es una energía impulsora que sirve para demarcar territorios personales. Hasta aquí. Pero ese Hasta aquí tardo mucho en ponerlo y pues ya la cuerda esta requetetensa, se truena y se desfibra todo. Nos desfibramos. Bien triste. Hay que tejer desde el principio y a veces los hilos ya no sirven.
Estas semanas de descanso han sido geniales. Sostuve encuentros con personas con quienes mantuve distancia por un tiempo. Aprendí algo importante, las fibras se transforman, crecen o no crecen o quedan rotas y yo creo que en un proceso de cambio que es individual, casi por completo. Fue muy curada reconocer a través de un saludo o un abrazo el proceso de la otra persona, ya sin tantas explicaciones. Que esas fibras se transformen en otra cosa es muy valioso y es algo que no había visto. Al menos a mí me da gusto y sí me importa. Me da gusto que las personas se sientan contentas y reconocer que hay miles de situaciones que me rebasan, que son independientes a mis deseos. Miro, así, miro, mis formas infantiles y temerosas de que las cosas se rompan, cambien, que sean libres de mí. Y ahora que empiezo a comprenderlo la joroba esa que cargo en la espalda se aligera, porque cuando me aferro sufro porque las cosas se mueven y yo quiero que no se muevan, o que se muevan cuando yo digo. Así que estos días me han servido para reconocer que tengo un egote que se encrespa razonablemente y con harta frecuencia, es decir, que me tardo en ver a las otras personas y sus necesidades, aunque pensaba que sí las veía y que me comunico con deficiencia, me expreso a medias y qué desmadre ese en el que participo inconsciente.
Hace unos días empecé a sentir muchas ganas de correr y empecé a correr porque me gusta sentir mis músculos estirarse; el aire caliente en el pecho; la baba y los mocos que se me escurren junto con el sudor cuando doy mi máximo esfuerzo. A ratos se me sale el llanto y lloro y corro y sudo, y grito. Hago un drama bien chistoso. Quizá necesitaba hacer el ridículo y reirme un poco de mí. Así que entreno, diariamente, la corrida y el drama consciente, y se me sale toda la tristeza acumulada que tengo. Después de eso me vuelvo muy chistosa y hasta me rio sola de todo lo que se me ocurre. El otro día el Lama dijo que detrás de la tristeza, el dolor y el enojo, estaba una persona que pedía ser reconocida y escuchada, alguien que tenía algo que dar y nadie lo recibía; y, que así pasa en lo personal y en lo colectivo. Y traigo sus enseñanzas recorriéndome de arriba a abajo.
Creo que he andado buscando afuera algo que no voy a encontrar, porque está adentro. Y es bien simple, estoy aprendiendo a escucharme y a observar qué pasó con mis fibras, hacia dónde crecen y de qué manera se transforman. El tiempo circular, inconstante en sus ritmos, es más complejo porque quiero entenderlo, quiero entender todo y rápido, y funciona distinto. En el tiempo lineal las cosas se rompen y se rompieron, ahora más claro siento que no es así.
El ser es un proceso abierto y circular.
A veces cuando pasa mucho tiempo las pérdidas esas se convierten en experiencias vitales, y hasta en recuerdos apreciados. Mira, en esta situación aprendí esto, estotro, crecí mucho después de. ¡Uy, me tardo un chingo en darme cuenta! Las que más duelen son aquellas en las que había más amor y me crece un corajote. Muchas decisiones las he tomado con coraje, y ya. El coraje también es una energía impulsora que sirve para demarcar territorios personales. Hasta aquí. Pero ese Hasta aquí tardo mucho en ponerlo y pues ya la cuerda esta requetetensa, se truena y se desfibra todo. Nos desfibramos. Bien triste. Hay que tejer desde el principio y a veces los hilos ya no sirven.
Estas semanas de descanso han sido geniales. Sostuve encuentros con personas con quienes mantuve distancia por un tiempo. Aprendí algo importante, las fibras se transforman, crecen o no crecen o quedan rotas y yo creo que en un proceso de cambio que es individual, casi por completo. Fue muy curada reconocer a través de un saludo o un abrazo el proceso de la otra persona, ya sin tantas explicaciones. Que esas fibras se transformen en otra cosa es muy valioso y es algo que no había visto. Al menos a mí me da gusto y sí me importa. Me da gusto que las personas se sientan contentas y reconocer que hay miles de situaciones que me rebasan, que son independientes a mis deseos. Miro, así, miro, mis formas infantiles y temerosas de que las cosas se rompan, cambien, que sean libres de mí. Y ahora que empiezo a comprenderlo la joroba esa que cargo en la espalda se aligera, porque cuando me aferro sufro porque las cosas se mueven y yo quiero que no se muevan, o que se muevan cuando yo digo. Así que estos días me han servido para reconocer que tengo un egote que se encrespa razonablemente y con harta frecuencia, es decir, que me tardo en ver a las otras personas y sus necesidades, aunque pensaba que sí las veía y que me comunico con deficiencia, me expreso a medias y qué desmadre ese en el que participo inconsciente.
Hace unos días empecé a sentir muchas ganas de correr y empecé a correr porque me gusta sentir mis músculos estirarse; el aire caliente en el pecho; la baba y los mocos que se me escurren junto con el sudor cuando doy mi máximo esfuerzo. A ratos se me sale el llanto y lloro y corro y sudo, y grito. Hago un drama bien chistoso. Quizá necesitaba hacer el ridículo y reirme un poco de mí. Así que entreno, diariamente, la corrida y el drama consciente, y se me sale toda la tristeza acumulada que tengo. Después de eso me vuelvo muy chistosa y hasta me rio sola de todo lo que se me ocurre. El otro día el Lama dijo que detrás de la tristeza, el dolor y el enojo, estaba una persona que pedía ser reconocida y escuchada, alguien que tenía algo que dar y nadie lo recibía; y, que así pasa en lo personal y en lo colectivo. Y traigo sus enseñanzas recorriéndome de arriba a abajo.
Creo que he andado buscando afuera algo que no voy a encontrar, porque está adentro. Y es bien simple, estoy aprendiendo a escucharme y a observar qué pasó con mis fibras, hacia dónde crecen y de qué manera se transforman. El tiempo circular, inconstante en sus ritmos, es más complejo porque quiero entenderlo, quiero entender todo y rápido, y funciona distinto. En el tiempo lineal las cosas se rompen y se rompieron, ahora más claro siento que no es así.
El ser es un proceso abierto y circular.
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