Me siento feliz con el cambio de hora y con toda esta luz que vuelve con la primavera. Me despierto muy temprano y salgo al patio, me estiro, respiro rico y profundo. El calorcito me genera un montón de energía y claridad. Los días y el trabajo cobran sentido. Amo la belleza de las cosas simples, de la gente sencilla, la dulzura del silencio y esa sonrisa de paz contagiosa. Hoy fue un miércoles perfecto.
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