Buenos días.
Anoche sepulté una ciudad muy triste e invisible. En el viaje nocturno vi la cocina vacía y la casa donde dormí tantas veces hundirse por la serenidad de las olas. Después anduve caminando por las calles y visité los lugares donde estuvimos juntos. Encontré en ruinas la tienda de abarrotes, los restaurantes y la panadería. Todo estaba abandonado. Ese lugar que fuera tan precioso empezó a perder sus colores hasta volverse sepia y se disolvió, finalmente se transformó en un lienzo blanco. Este sueño vino muy pronto, se desprendió de mis decisiones vespertinas. Tuve meses de entrenamiento.
El viernes reconocí que he vivido en distintos planos inconexos, hasta ese momento. Comprendí la importancia de aprender a hacerlos uno solo, a reconocer los límites de la realidad y del pensamiento mágico para no perderme en el humo.
El proceso de nombrarme ha sido largo y profundo. Sin la lectura de los textos escritos por las mujeres y sin escuchar sus palabras descubrir mi consciencia hubiera sido casi imposible, ser en el mundo bajo la exclusividad del lenguaje masculino es doloroso porque me niega al ser insuficiente para nombrar mis procesos y mi forma de estar aquí. Continúen escribiendo, hablen, déjense ver. La vida necesita nuestras voces: sí estamos aquí, sí somos. Mientras guardamos silencio y no nos hacemos escuchar otras Yo viven en un encierro, en un lugar apartado, en una soledad corrosiva sin saber cómo vincularse.
Los hombres libran batallas en el mundo exterior contra un mercado que los excluye precipitadamente relacionadas con el desplazamiento de la hegemonía de su poder y la domesticación de sus instintos. Nosotras también hablamos de política y de instintos, que respiran y construyen desde el margen. Algún día nos entenderemos, cuando logremos reconocernos en ese campo marginal para construirlo mundo-multiverso.
Conocí a un hombre muy inteligente y hermoso, lleno de lecturas, referentes y experiencias, de sueños. A pesar de tanta sapiensia en su universo las mujeres devienen accesorio transferible y lo femenino una forma del ser humano irreconocible. Por mayor el esfuerzo, el lenguaje sólo permitió que me viera en el mundo de lo que no sabe cómo nombrarse y no se puede traer hasta aquí. No hay en ello maldad sino inhabilidad. El aprendizaje ha sido maravilloso.
La importancia de decir No. Decir No hasta que sea recibido como una respuesta negativa y consecuente, como límite para acceder a mi cuerpo, a mi mente y a mi espíritu. Aceptar una pérdida e iniciar el duelo por voluntad propia es recuperar el derecho y la responsabilidad de Ser.
Hay una ganancia en la elaboración de Mis conclusiones, quizá toma un poco más de tiempo que ocultarme entre las citas (eso lo aprendí en la universidad). Estoy en la universidad, es hora de amistarme de nuevo con las citas y los ensayos desde este paradigma.
Amanezco con una sensación de Libertad y extrañamente con Alegría.
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