Como último chascarrillo, Calderón suspira por cambiar el nombre del país a México, S.A. Otra pantalla de humo, novelota y mitote mientras desaparecen la Secretaria de la Función Pública y la Secretería de Seguridad Pública, ahora todo se concentra en manos de Gobernación. Como en los viejos tiempos. Borrón ¿y cuenta nueva? ¿Quién les cree? Los senadores se reacomodan en el escenario para continuar cobrando su lana y cumplir con el trabajo de hacerse de la vista gorda. ¿Qué más puede esperarse de estos medio humanos ante la constatada ilegitimidad del Estado?
En los nuevos tiempos del PRI (sic), intentarán resucitar a un Estado engusanado a punta de palos y televisoras. El próximo 20 de noviembre se oficializará el desfile de zombis si lo logran. Quizá me equivoque, ¿para qué querrían legitimidad los señores del dinero y el terror?
Náuseamundo.
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