El domingo me encontré con el hierbero por casualidad, nos vimos en un puesto de tomates orgánicos.
-Hola Miriam, ¿cómo sigues de la tos?
-¿Tienes el remedio ése?, le pregunté. Y sí, lo tomé un par de días y "santo" remedio. El hombre ese es muy guapo. Decidí no volver a verlo.
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