"Antes de nada, conviene indicar que Tlazoltéotl era la principal protagonista de los ritos de ochpaniztli. Como vimos, esta diosa se integraba en el grupo de los representantes de la luz alterada puesto que encarnaba no solamente a la Tierra sino también a la Luna. En ochpaniztliera fecundada por el Sol y daba a luz a Cintéotl-Itztlacoliuhqui, la primera semilla de maíz que, según el mito, se metió en la tierra donde se convirtió en las plantas cultivadas (Thévet, 1905: 31-32). Este joven dios del maíz compartía muchas afinidades con Venus, una entidad que entró también en el inframundo y que simbólicamente se relacionaba con el cereal.20Ochpaniztli era entonces el momento en que el Sol penetraba en la tierra para fertilizarla y sus ritos celebraban la unión de los opuestos-complementarios. El encuentro metafórico entre Sol y Tierra que sucedía en esta fiesta era idéntico al que tenía lugar cada día en el crepúsculo y cuyo cromatismo típico era la asociación de rojo y negro. En este sentido es notable que, bajo su forma de genitora del maíz, Tlazoltéotl esté pintada en el Códice Borbónico (13) luciendo atavíos mitad rojos mitad negros (véase figura 6, página 67)."
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