Hoy vimos nuestros cuerpos.
Nos vimos.
El acto de observar revela, des-cubre, crea un cuerpo.
La observación mutua establece un pacto, detrás hay un lenguaje, nos da existencia.
Ella se detuvo a observarle detenidamente la oreja.
El la olió cerca del cuello.
Recuerdo la boca de uno, la nariz de otro, los testículos de áquel, el antebrazo de alguien más y los párpados suaves del que temblaba al verme. Puedo describir sus aromas, sus voces y el color de sus cabellos.
No encontré en mi memoria la forma de sus orejas, ni de su cuello. Olvidé la forma de su barba, la tenía. Su cuerpo se desvanece, queda un color de piel incierto, los ojos caídos, la raíz de las canas. Sus dedos. Ese rostro es el de una foto.
No recuerdo a ninguno por completo.
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