Hoy recibimos al tercer hijo. Con su pasta dura y sus fotos opacas. Sus textos completos y la esperanza de que no se le haya olvidado a una mencionar a nadie. Otros tres vienen en camino. Su destino me inquieta, pero ya una vez aquí no es mío. Tiene varios padres y varias madres a quienes no elegí, salvo a uno que no me suelta la mano y sostiene que el siguiente nos saldrá más bonito.
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