Agosto 2009
Lo más importante se dice en el silencio, sin líquidos seminales ni lubricantes; dura un abrazo iluminado por una lámpara que apunta hacia el techo y tiene como testigo a un hombre de gafas verdes.
Una noche hice un paréntesis que tenía la forma de una casa de madera. Por la ventana entraba y salía un gato que marcaba los puntos suspensivos.
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