El párrafo tiene varias funciones. Entre ellas, la de establecer un ritmo en el texto. Permite al escritor proponer un tiempo a las acciones, también crear una imagen compuesta de varias partes o ideas. Su tarea principal es ordenarlas.
La composición de las oraciones y el uso de la puntuación en el párrafo marcan la respiración de lo escrito y del escritor, incluso de los personajes y sus acciones. De esta manera, tiene el propósito de fortalecer la comunicación de una idea y hacerla comprensible para el lector al establecer el tiempo y la estructura de un texto.
En el cuento de Julio Cortázar “No se culpe a nadie”, cumple el propósito de describir una situación que parece absurda y a la vez le permite intentar una copia de lo que ocurre en la mente. Escrito en un párrafo parece un caleidoscopio, una mímesis de las imágenes que producimos mientras actuamos. (¿Es ésta la función del lenguaje?).
El autor subraya la intención de plantearnos una historia que refiere a un instante, un instante refiere a la condición humana y a las emociones. El personaje está atrapado en una situación que le produce ansiedad. El párrafo que constituye este cuento crea junto con lo narrado una unidad que expone la relación entre la forma, el ritmo de las acciones y las palabras.
Presenta esa asociación que constituye la pieza, que le da armonía y que comunica la fragilidad del personaje ante un hecho tan cotidiano como ponerse un pulóver azul. Cortázar asume ese reto, experimenta en el texto y establece un horizonte de posibilidades para los escritores y los lectores, quizá para capturar y mostrar fragmentos de las realidades inconscientes.
"No se culpe a nadie"
Julio Cortázar.
http://www.literatura.org/Cortazar/culpe.html
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